Si estás aquí es porque la nevera ha dejado de enfriar y lo más seguro es que sea por culpa de un escape de gas de la nevera. Para ayudarte a tomar la mejor decisión, vamos a analizar la situación que se suele dar. Así podrás ver si realmente te interesa realizar la recarga o es mejor comprar una nevera directamente.
¿Cómo es el funcionamiento del frigorífico?
Hoy en día, la mayoría de los frigoríficos comerciales siguen el principio de refrigeración por compresión. En términos simples, un refrigerador utiliza un tipo de gas refrigerante que, al ser comprimido y luego convertido en líquido, libera frío en su interior y expulsa calor al entorno.
El proceso se lleva a cabo de la siguiente manera:
- El compresor, también llamado compresor, comprime el gas refrigerante.
- En la parte posterior, un intercambiador de calor convierte el gas refrigerante en líquido, liberando calor en el proceso.
- El refrigerante se expande nuevamente a través de una válvula de expansión o un tubo capilar.
- Dentro del refrigerador, otro intercambiador de calor permite que el refrigerante se evapore, absorbiendo calor.
Este ciclo se mantiene en marcha gracias al constante movimiento del refrigerante, impulsado por el compresor y la energía eléctrica. Además, el refrigerador está equipado con un termostato que monitorea la temperatura y ajusta el proceso de enfriamiento en función de estos datos. Es importante destacar que el refrigerador está sellado herméticamente para minimizar el consumo de energía. Vale la pena mencionar que existen varios componentes que pueden ocasionar problemas en el funcionamiento de un refrigerador.
¿Cada cuánto se debería limpiar el frigorífico?
Para sacarle el máximo provecho a tu nevera, es recomendable darle una buena limpieza de vez en cuando. Esto no solo garantiza que siempre huela fresco, sino que también ayuda a prevenir la formación de bacterias y moho. Además, parte de esta limpieza incluye descongelar el compartimento del congelador al menos una o dos veces al año. Si el congelador ya tiene acumulada una capa de hielo, descongelarlo no solo mejorará su eficiencia, sino que también te ayudará a ahorrar energía y, por ende, dinero.
Cuando te dispongas a limpiar la nevera y descongelar el congelador, ten en cuenta lo siguiente:
- Antes de comenzar la limpieza, vacía la nevera y apágala.
- Puedes usar vinagre o una solución de bicarbonato de sodio como agentes de limpieza.
- Evita el uso de productos de limpieza muy fuertes y esponjas que puedan rayar la superficie.
- Asegúrate de que la nevera esté completamente seca después de limpiarla.
- De vez en cuando, retira el polvo de la rejilla metálica en la parte trasera.
¿Cuál es la duración del gas de una nevera?
No podemos darte un tiempo exacto ya que depende de cada modelo y cada situación. Lo que sí está claro es que un buen mantenimiento siempre ayuda a que la duración del gas sea mayor porque el frigorífico siempre está en buenas condiciones.
Para que puedas hacerte a la idea, la duración media del gas suele ser de 15 años. A partir de ese tiempo se suelen provocar fugas en el sistema que hacen que finalmente termine por acabarse.
En ocasiones, el gas puede durar mucho más tiempo y en otras menos. Lo que sí debes saber es que el frigorífico siempre debe estar bien posicionado. Si está un poco ladeado eso puede provocar que el sistema se sature con antelación y el gas se escape con más rapidez. Por ese motivo es fundamental ajustar las patas para conseguir que el mismo esté bien estabilizado.
¿Qué sucede cuando hay una fuga de gas en la nevera?
Cuando el gas comienza a escaparse, uno de los principales síntomas que vamos a notar en la nevera es que la parte superior comienza a congelar cuando antes no lo hacía. Es algo que se puede notar con mucha más facilidad en los modelos nuevos que incluyen el sistema no frost.
También se nota en que la nevera comienza a enfriar menos. Esa falta de frío no solo lo notarás en las bebidas, también en los alimentos. Al existir menos frío en el interior de la nevera, también notarás que la vida útil de los alimentos es mucho más baja. Si ves que las verduras y la fruta se empochan con rapidez es porque la temperatura no está siendo la adecuada.
En ocasiones se puede notar porque se presentan goteras en la parte interior. Esas goteras siempre se dan cuando el gas comienza a entrar en niveles bajos.
No suele ser común, pero en algunos casos puede que notes que la tubería de la unidad exterior se congela. No es nada bueno porque eso nos indica que la vida útil del electrodoméstico está a punto de acabar.
¿Cuándo interesa recargar el gas de la nevera?
Ahora llegamos a la parte que realmente interesa, si merece o no la pena recargar el gas de la nevera. Leyendo el artículo de https://averiascaseras.com/recargar-el-gas-de-una-nevera/ podemos darnos cuenta de que en la gran mayoría de ocasiones realizar la recarga de gas no es la opción más recomendable.
Como nos indican los expertos de Averías Caseras, el gas no se gasta, sino que se escapa. Eso quiere decir que si optamos por la reparación el experto tiene que buscar donde se ha producido la fuga para taponarla. El problema de eso es que encontrar la fuga no es fácil y puede que no solo haya una fuga, sino que haya más.
La experiencia nos muestra que cuando se produce una grieta en el tubo por la cual se escapa el gas, eso quiere decir que el tubo comienza a tener problemas de resistencia. Eso significa que podemos llenar el sistema de gas una vez más, pero la probabilidad de que se escape con rapidez es alta. No quiero decir que se vaya a ir de un día para otro, pero sí que puede acabar por irse al año o los dos años.
Teniendo en cuenta que la reparación y el rellenado de gas no es barato, en muchas ocasiones es más interesante comprar una nevera nueva, sobre todo si la que tenemos es antigua.
Una nevera nueva o frigorífico siempre viene acompañada de una buena garantía. Pero como hemos comentado antes, la adquisición de la nevera nos ofrece una durabilidad media de 15 años, es decir, en muchas ocasiones merece la pena pagar más y optar por la compra frente al rellenado y reparación.
Lo importante es hacer números y ver qué opción encaja mejor con nuestro presupuesto, pero si te lo puedes permitir, la compra casi siempre será la mejor opción. Es importante recalcar que en ocasiones puede que llames al profesional y directamente te diga que no tiene solución. Eso te dirá si hay varios puntos de fuga. En ese caso la reparación sería mucho más costosa que una nevera nueva.