Si estás leyendo este artículo es porque estás barajando la posibilidad de comprar un sofá eléctrico. Las ventajas son muchas; desde una mayor adaptabilidad a una comodidad extra, pero también es cierto que presenta una serie de preocupaciones que nunca se van a dar con un sofá normal.

Como todo lo eléctrico, es común encontrarnos con problemas que nos impidan el uso y disfrute, por eso en este artículo señalaremos algunos de los problemas o errores más comunes de los sofás eléctricos con la intención de que te ayuden a decidir en la compra. 

La mayoría de estos errores son sencillos de solucionar por el propio usuario, ya que se producen a causa de movimientos involuntarios que bloquean el aparato. De no encontrar una solución en esta lista quizás el error sea grave, por lo que siempre existe la opción de contactar con el servicio de atención al cliente del fabricante para que nos envíe un asistente técnico que revise nuestro sofá.

1. Es nuevo y no funciona

¿Cuántas veces nos ha pasado que hemos comprado un producto nuevo y, al ir a estrenarlo, no hemos conseguido hacer que funcionase? Es posible que nos suceda algo similar al ir a probar el sofá nuevo. No significa que el producto esté defectuoso, no te preocupes.

¿Por qué este error en su primer uso?

El tema es que los sofás eléctricos vienen con ciertas correas de fábrica, instaladas en la parte inferior para evitar que durante el transporte el sofá pueda dañarse al abrirse accidentalmente, que deben ser cortadas. 

Solución para poder hacer un buen uso del sofá en su arranque

Es importante no forzar el sofá antes de quitar las correas o podremos dañar los mecanismos que le dan movilidad. Las correas son fáciles de localizar y pueden cortarse sin ningún problema con tijeras. Una vez te deshagas de estas correas protectoras no debería haber problema.

2. El sofá eléctrico no parece tener corriente

Los sofás eléctricos, a diferencia de los sofás comunes, son más difíciles de colocar en la estancia debido a que lo más importante es que se encuentren cerca de una toma de corriente funcional.

¿Por qué no tiene corriente el sofá eléctrico? 

Es recomendable no conectar los sofás a alargadores, ya que pueden perjudicar a los mecanismos al recibir una cantidad de corriente inferior a la recomendada, y hay que asegurarse de que la alimentación es correcta. 

Posible solución al problema de corriente

Se debe conectar el sofá eléctrico a un enchufe que sea operativo, y tener cuidado con que el transformador reductor que hace que el sofá funcione y que suele colocarse en el suelo, no se haya desconectado o dañado con algún roce. Esto es fácil de comprobar: si el transformador parpadea o muestra una luz roja ha podido quedar dañado de alguna forma. Lo más importante es utilizar un buen enchufe y con una conexión directa, y resguardar bien el transformador para un buen uso y mantenimiento. 

3. Problemas de desgaste

Como todo producto, el desgaste de los sofás eléctricos es inevitable. Además, los motores de los sofás eléctricos son sensibles y es necesario cuidarlos para que duren lo máximo posible. Sin embargo, siempre podemos tener en cuenta ciertas recomendaciones para alargar la vida de nuestros sofás eléctricos.

¿Cómo evitar el desgaste en los sofás eléctricos?

Si se le da un uso indebido al sofá, como puede ser el de subir y bajar el respaldo continuamente por diversión o accionar el mecanismo repetidas veces sin dejar que el sofá suba o baje hasta su tope, estamos contribuyendo a un desgaste fugaz. También hay que tener cuidado con no derramar líquidos sobre el pliegue del sofá y tampoco dejar caer restos de comida ni introducir objetos que puedan bloquear el mecanismo como el mando del televisor o libros. Hay que cuidar de no pasarse del peso recomendado en el sofá una vez este se encuentra del todo reclinado, ya que poner más peso del debido puede aflojar el mecanismo.

Posibles soluciones para evitar un desgaste prematuro.

Más allá de lo básico y mencionado anteriormente, lo más importante para evitar el desgaste es utilizar el modo reclinable de un sofá eléctrico con moderación y siguiendo siempre las instrucciones de uso recomendadas por el fabricante. Es también esencial controlar su correcto funcionamiento, lubricar las conexiones de forma regular y no reparar el aparato por cuenta propia si este falla. 

4.  Fallo de funcionamiento

Tras un uso continuo es posible que el sofá eléctrico empiece a fallar. En ocasiones esto puede deberse a alguna nimiedad, así que no te pongas en lo peor antes de hacer algunas comprobaciones básicas.

¿Por qué mi sofá eléctrico no funciona?

Puede ser que al ir a usar el sofá surjan ciertos inconvenientes que nos impidan disfrutarlo. Un ruido, errores en el mando, fallos al reclinar, el sistema no responde, etc. Antes de alarmarse conviene comprobar una por una todas las opciones para asegurarnos de que no debemos de llevar el sofá a reparar.

Posibles soluciones al mal funcionamiento de los sofás eléctricos

Lo primero y más importante es verificar que el cable de alimentación que conecta el sofá con la corriente siga conectado y no haya sufrido daños. Si se escucha un leve rumor en el sofá, entonces este está funcionando, así que sabremos que no es un problema de corriente. En el caso de no poder oír el motor o de encontrarnos las luces apagadas será un problema de conexión. Lo más sensato es probar a enchufar momentáneamente a otra toma de corriente de pared para descartar un problema eléctrico. 

En el caso de encontrarnos con que el sofá eléctrico sigue sin funcionar, lo siguiente sería revisar que no haya ningún cable pellizcado. Algunos sofás, por su precio, no tienen los cables tan bien protegidos, y es posible que en algún momento de su uso los cables se hayan movido, aplastado o doblado hasta producir el fallo. Lo recomendable sería mover la silla y comprobar que todos los cables están en correcto estado. Es muy posible que un leve pinzamiento haya hecho a la silla dejar de funcionar por el momento. Si el problema persiste, deberíamos asegurarnos de que el fusible sigue intacto y no se haya fundido, ya que de ser este el caso habría que reemplazarlo.

5. Ha perdido potencia

El desgaste del uso del sofá hace imposible que, con el tiempo, se observen problemas de pérdida de potencia en el aparato. Esto es común, debido a su vida útil, sin embargo con un uso adecuado y unos cuidados como los mencionados anteriormente podemos alargar su vida.

¿Por qué el sofá eléctrico ha perdido potencia?

Además del uso, es posible que nos encontremos con que la silla no haya envejecido, sino que una tuerca se haya aflojado, un cable se haya pinzado o haya habido un problema de uso accidental. No te preocupes, porque todos los sofás eléctricos suelen contar con un ajuste manual para aumentar o disminuir la tensión según sea necesario.

Posibles soluciones a la pérdida de potencia de los sofás reclinables

Lo primero será comprobar el manual del fabricante para asegurarnos de que nuestro sofá permite la manipulación de la tensión de forma manual. De ser así, habremos de observar cuáles son los controles que debemos manipular y cuáles no, y cómo. De normal, estos suelen encontrarse en la parte inferior del sofá, así que deberemos  acceder a ellos con cuidado y apretar las tuercas para aumentar la presión o aflojar para reducir y esto debería resolver el problema.

6. El sofá eléctrico no se reclina correctamente

Es común que con los años el sistema de reclinación comience a endurecerse o que simplemente, en ocasiones, deje de responder. Esto no debe ser motivo de alarma. De nuevo, es fácil que haya habido un percance con los mandos o los ajustes y que se pueda resolver en casa de forma fácil y sencilla.

¿Por qué no puedo reclinar el sofá?

Nos encontramos con que la palanca no funciona o no no es posible ajustar el asiento hacia atrás ni mantenerlo en el ángulo que queremos. Esto puede deberse a una mala conexión entre los mecanismos o a algo tan simple como que la palanca se haya atascado.

Posible solución al fallo de reclinación de los sofás eléctricos

Lo primero que es importante comprobar es que la palanca que acciona el mecanismo funcione; de no ser así podremos probar a engrasar las bisagras, revisar que no esté obstruida por algún objeto y desmontarla y volver a colocarla en su sitio. En ocasiones algo tan tonto como un simple tornillo suelto puede ser la causa del problema. De no resolverse, siempre podemos desconectar y reconectar el sofá, asegurándonos de que todos sus cables están en su sitio, ya que quizás el programa que controla el sofá se haya sobrecalentado y haya fallado. 

7. El sofá eléctrico no se repliega

Puede sucedernos a la contra que en el caso anterior; que algún fallo del sistema nos impida subir o bajar el sofá, propiciándonos un problema con este y con el espacio del hogar.

¿Por qué no puedo replegar el sofá?

Descartando todas las posibles averías anteriores, también podemos atender a la posibilidad de que se haya estropeado el transformador. De normal, habrá un piloto de luz LED que deberá indicarnos en todo momento el estado del aparato con sus luces verdes y rojas. El primer paso será verificar que transformador, motor y enchufe estén bien conectados, que ningún cable se haya pellizcado o dañado. 

Posibles soluciones cuando el sofá eléctrico no se recoge

Una opción es, si se tiene acceso directo al motor, probar a alimentarlo directamente para asegurarnos de que la conexión no está corrupta. Si el motor funciona por cuenta propia deberán cambiarse los cables por unos nuevos. 

8. Ruidos con el mecanismo

El motor de cualquier sofá eléctrico debe ser silencioso para no entorpecer la vida en el hogar. Sin embargo, tras el uso del sofá puede suceder que empiece a hacerse notable algún ruido más sonoro, lo que indicará algún tipo de error.

¿Por qué mi sofá eléctrico hace ruido?

Lo más posible es que no sea nada demasiado preocupante. Primero podemos probar a enchufar y desenchufar; eso debería solucionarlo. De seguir con el ruido, deberemos descubrir si el problema proviene del motor del sofá o de las correas y reparar una de ambas.

Posibles soluciones al ruido del sofá

De ser el motor, habría que probar a alimentarlo por su cuenta para ver si funciona, y de no ser así se debería buscar un reemplazo en condiciones. De ser cosa de las correas, es importante comprobar que no haya ninguna suelta o rota, ya que esto podría dar lugar a un bloqueo pasajero. Si no se soluciona alguna correa puede haberse roto por el uso y es imperioso que se reemplace por otra para acabar con el ruido y evitar otros problemas más graves con el sofá.

9. El mando ha dejado de funcionar

Todo sofá eléctrico viene con un mando acoplado al asiento para poder accionarlo cómodamente. Es importante cuidar el mando, ya que es la única forma de hacer al sofá funcionar. En ocasiones, el sistema puede fallar, pero no debemos ser catastróficos antes de hacer las comprobaciones necesarias.

¿Cómo arreglo el mando del sofá eléctrico si no funciona?

Necesitamos conocer ante todo si ha habido algún fallo humano: esto es, se ha vertido algún líquido sobre el mando que haya podido dañarlo, si se ha golpeado u otro accidente. También es posible que la alimentación esté fallando, así que tendremos que abrir el mando para inspeccionarlo.

Posibles soluciones para arreglar el mando de los sofás eléctricos

De haber resultado accidentado el mando por problemas humanos, en este caso, el mando deberá ser reparado por un técnico especializado, ya que de hacerlo alguien sin conocimiento podría resultar en daños mayores. Si esto queda descartado, entonces habremos de revisar la fuente de alimentación. 

Todos los mandos funcionan con actuadores hidráulicos y con tornillos sinfín y tuercas, así que podemos manipular esto con cuidado para asegurar bien todas sus piezas. Si seguimos igual, deberemos desmontar el brazo extensor y comprobar que despiezado funciona. Entonces el problema puede deberse a algún cable pinzado. Si esto tampoco lo arregla, quizás el fallo no provenga del mando en sí. Revisaremos entonces el conector del motor, que quizás se haya aflojado al haber corrido el sofá, y esto puede haber causado un fallo de conexión entre la tabla de mandos y el transpondedor principal.