¿Estás pensando en cambiar el suelo de tu casa y no sabes por dónde empezar? Elegir el color adecuado de suelo laminado puede hacer que tu hogar luzca completamente distinto. ¿Quieres un estilo moderno o clásico? ¿Prefieres un tono cálido que invite a la relajación o uno fresco que le dé vida a tu espacio?
En este artículo descubriremos las características de los principales colores de suelos laminados, te contaremos qué estilos son ideales para cada uno y te ayudaremos a evitar errores comunes.
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Tono roble natural
Este suelo se caracteriza por su tono cálido y acogedor que evoca la madera de roble en su estado natural. Tiene variaciones sutiles de marrones y un veteado distintivo que añade textura visual al espacio. Es ideal para estilos como el rústico, el escandinavo y el contemporáneo, donde el objetivo es conseguir un ambiente relajado y natural.
Se integra perfectamente en salones, comedores, dormitorios e incluso cocinas, ya que su versatilidad permite que combine con una amplia gama de colores.
Para estilos más sofisticados como el glam o el minimalista, el roble natural podría no ser la mejor opción, ya que su textura rústica podría parecer demasiado informal. En espacios pequeños, este color puede ampliar visualmente el ambiente, especialmente si se combina con paredes claras.
Gris ceniza
El laminado en gris ceniza presenta un tono neutro, frío y moderno, perfecto para espacios de estilo industrial o contemporáneo. La falta de calidez en su coloración lo hace ideal para ambientes más sobrios y elegantes, donde los metales y los muebles en tonos oscuros o negros predominan.
Funciona muy bien en lofts, estudios y salones modernos donde se desee un aspecto fresco y depurado. Sin embargo, no es apropiado para estilos más tradicionales como el colonial o rústico, ya que el gris ceniza podría parecer demasiado frío. En habitaciones con poca luz natural, es mejor evitarlo porque podría oscurecer el espacio.
Nogal oscuro
El suelo laminado en nogal oscuro presenta un tono profundo y rico, con vetas que reflejan la elegancia de esta madera. Aporta un aire de lujo y sofisticación, por lo que es perfecto para estilos como el clásico, el glam o el vintage. Queda excepcional en salones, comedores formales y bibliotecas, dándoles un toque de distinción.
Su color oscuro podría resultar abrumador en estilos minimalistas o escandinavos, donde se busca maximizar la luz y la simplicidad. Tampoco es aconsejable en espacios pequeños o con poca luz, ya que podría hacer que el ambiente se sienta más reducido.
Blanco decapado
Con un tono claro y desgastado, el laminado en blanco decapado es característico de los estilos costeros, shabby chic y escandinavo. Aporta ligereza y un aire romántico y desenfadado a cualquier espacio, permitiendo que la luz se refleje y amplifique la luminosidad.
Es ideal para dormitorios, salones y cocinas en casas junto al mar o en espacios donde se busque un estilo relajado y luminoso. No es recomendable para estilos como el industrial o el clásico, ya que el blanco decapado podría resultar demasiado informal y sencillo.
Roble claro
El roble claro es un tono versátil que funciona bien en una amplia variedad de estilos, desde el moderno hasta el bohemio. Su color claro y neutro brinda una sensación de amplitud, lo que lo hace perfecto para salones, cocinas y dormitorios pequeños. Aporta una calidez sutil sin ser demasiado dominante.
No es ideal para estilos oscuros y dramáticos como el glam, ya que podría verse desfasado en contraste con los elementos decorativos. También podría no ser la mejor opción para estilos vintage o rústicos que demanden un aspecto más envejecido.
Gris perla
El laminado en gris perla es un tono claro y elegante, con una textura sutil que aporta una apariencia contemporánea a cualquier espacio. Funciona muy bien en estilos minimalistas, modernos y escandinavos, donde la simplicidad y la luminosidad son clave. Los espacios que se benefician más de este tono incluyen salones, cocinas y estudios, ya que el gris perla amplía visualmente el ambiente.
No es adecuado para estilos rústicos o bohemios, donde se busca un aspecto más cálido y natural. Además, puede parecer demasiado frío en espacios con poca luz, por lo que se debe combinar con colores cálidos en las paredes para equilibrar el ambiente.
Cerezo rojo
El cerezo rojo es un tono cálido y vibrante, con vetas pronunciadas que aportan una riqueza visual única. Es ideal para estilos como el colonial, el clásico o el vintage, donde se desea un ambiente tradicional y acogedor. Funciona especialmente bien en salones, comedores y bibliotecas, ya que su color contribuye a crear un entorno elegante y confortable.
No es apropiado para estilos modernos o minimalistas, donde su coloración intensa podría parecer demasiado dominante. Además, en espacios pequeños, el cerezo rojo podría hacer que el ambiente se sienta más reducido, por lo que es mejor utilizarlo en habitaciones grandes.
Pino claro
El pino claro es un tono que aporta frescura y un aire natural al espacio. Es perfecto para estilos nórdicos, bohemios o costeros, donde se desee una apariencia relajada y desenfadada. Al reflejar bien la luz, es ideal para ampliar visualmente habitaciones pequeñas como dormitorios, salones y estudios.
No es una buena opción para estilos formales o lujosos como el glam o el clásico, ya que su aspecto casual podría parecer fuera de lugar. Además, en zonas de alto tráfico podría mostrar desgaste con mayor facilidad, por lo que no es recomendable para pasillos o cocinas.
Gris oscuro
El laminado en gris oscuro es un tono que aporta sofisticación y modernidad. Ideal para estilos industriales, modernos y contemporáneos, donde el objetivo es conseguir un ambiente sobrio y refinado. Funciona bien en oficinas, estudios y salones modernos, proporcionando un fondo neutral para muebles llamativos.
Podría resultar demasiado frío para estilos tradicionales o rústicos, donde la calidez es clave. En habitaciones pequeñas, el gris oscuro podría reducir visualmente el espacio, por lo que es mejor evitarlo en estas áreas.
Tono madera envejecida
Este tipo de laminado busca imitar el aspecto de la madera envejecida, con una apariencia desgastada y llena de carácter. Es perfecto para estilos rústicos, industriales y bohemios, aportando una textura visual que añade personalidad al espacio. Queda muy bien en salones, comedores y dormitorios, proporcionando un aire ecléctico y acogedor.
No es recomendable para estilos minimalistas o contemporáneos, donde podría parecer demasiado rústico. Además, su aspecto envejecido podría no ser del gusto de todos, por lo que es mejor elegirlo si se busca un efecto muy específico.