El gres es un material elaborado a base de arcillas, que lleva décadas presente en los hogares de todo el mundo. Su resistencia y su baja capacidad de absorción de agua, lo convierten en una opción estupenda tanto para fabricar pavimentos como para hacer azulejos con él.

¿Qué es el gres?

El término gres es genérico, con él hacemos referencia a una pasta cerámica que se elabora a base de mezclar diferentes tipos de arcillas de origen natural. Aunque en los últimos años se han comenzado a utilizar arcillas plásticas refractarias en combinación con materiales desengrasantes y fundentes.

Su nombre deriva del francés grès, que significa arenisca, lo cual ya nos permite hacernos una idea de cómo se obtiene este material.

Aunque está muy presente en el diseño de interiores actual, lo cierto es que su utilización no es, ni mucho menos, novedosa. Hay algunas piezas de gres datadas en torno al 1.400 a. C. Sin embargo, su producción en masa no comenzó hasta el siglo XII. Arrancó en Alemania y desde allí se extendió al resto de Europa.

Hoy por hoy, el gres es un material muy apreciado y nunca pasa de moda. Podemos encontrarlo en pavimentos, en azulejos, y también en revestimientos de pared. Con tantos diseños y estilos que se adapta a la perfección a todo tipo de espacios.

Características del gres

Que este material lleve utilizándose desde hace miles de años no es casualidad, se debe a sus extraordinarias características.

Dureza

Está compuesto de arcillas y minerales como el cuarzo y la mullita. Tras el proceso de cocción, cada pieza de gres es especialmente resistente y dura, buena prueba de ello es que no se puede rayar fácilmente con una punta de acero.

Es precisamente esta dureza lo que provoca que sea muy resistente frente a la abrasión. Un suelo de gres permanece como nuevo durante mucho más tiempo que el elaborado con otros materiales. Además, no se estropea fácilmente si cae algo sobre él.

Escasa absorción del agua

La arcilla es un material poroso pero, cuando la sometemos al proceso de fabricación necesario para obtener gres, el resultado es un material prácticamente impermeable. De ahí que durante años se haya utilizado en los cuartos de baño y las cocinas, tanto en el suelo como en los azulejos.

Es más, hoy en día algunos tipos de gres se utilizan incluso para forrar piscinas y mejorar su estética a la vez que su estanqueidad.

Se puede colorear o esmaltar

En el mercado nos encontramos una gran cantidad de tipos de gres, todos diferentes entre sí. Esto es debido a que estamos ante un material que se puede colorear o esmaltar, dando lugar a piezas muy diferentes y capaces de encajar a la perfección en viviendas y edificios de todos los estilos.

Fácil mantenimiento

El tratamiento que reciben las arcillas después del proceso de cocción hace que las baldosas de gres sean muy resistentes frente a los productos químicos. Es decir, que a la hora de limpiarlas no  hay demasiados productos que estén prohibidos. Aunque siempre se aconseja utilizar limpiadores específicos para mantener el brillo de las piezas.

Tipos de gres

Básicamente, hay dos tipos de gres, el natural y el porcelánico. Cada uno tiene unas características propias que lo hacen especial y más adecuado para unos fines u otros.

Gres natural

Se compone de arcillas rojas o blancas totalmente naturales y cocidas a altas temperaturas. En origen es un material permeable, defecto que se soluciona añadiéndole una capa cerámica y aplicando diferentes sustancias impermeabilizantes. Esto permite que el gres natural se pueda usar tanto en interior como en exterior.

Dentro de este tipo encontramos dos subtipos:

Gres rústico

Cuando se fabrica a través del método de extrusión, ninguna pieza es exactamente igual a otra, lo que convierte a este material en la opción ideal cuando lo que se busca es un suelo de aspecto rústico.

Gres esmaltado

Este pavimento cerámico se caracteriza porque su cara exterior ha sido sometida a un proceso de esmaltado que mejora su impermeabilidad y su resistencia. Además, el esmalte permite crear losas y azulejos de múltiples colores.

Gres porcelánico

El gres porcelánico es un producto más actual, creado a base de mezclar arcillas (en este caso solo arcilla blanca) con productos de origen sintético, lo que da lugar a una mayor resistencia, más impermeabilidad, y más resistencia frente a las manchas y frente a los golpes. Es un gres de última generación que lo aguanta absolutamente todo.

Es habitual que se lo denomine solo “porcelánico” para no llevar a confusión con el gres de tipo natural.

Debido a sus características, se suele utilizar en lugares con mucho tránsito. Es habitual que el suelo de los centros comerciales o de las oficinas esté fabricado con este material.

Una de sus grandes ventajas es que es mucho más versátil que el natural, porque puede colorearse y esmaltarse de diferentes maneras. De hecho, puede llegar a imitar casi a la perfección, materiales naturales como la madera, la piedra o el metal. Buena prueba de ello son los suelos de gres de imitación madera que tan de moda se han puesto en los últimos años.

Gres natural vs. gres porcelánico

Para saber cuál es la mejor elección, conviene comparar sus diferentes características:

  • Composición: el gres natural se elabora a partir de arcillas rojas o blancas, mientras que el porcelánico combina la arcilla blanca con materiales sintéticos que refuerzan su resistencia e impermeabilidad.
  • Resistencia y permeabilidad: aunque ambos son muy resistentes, el porcelánico lo es más. También es el más resistente a la humedad de los dos. Esto se debe, como hemos señalado, al uso en su composición de materiales sintéticos.
  • Colocación y precio por metro cuadrado: el gres natural resulta más sencillo de instalar y también suele ser más económico.
  • Lugares de uso: ambos materiales se pueden utilizar en interior y en exterior, estando el porcelánico más indicado para los lugares con mucho tránsito.

Ambos tipos de gres son de la máxima calidad y lo aguantan prácticamente todo, pero a nivel estético pueden llegar a ser muy diferentes entre sí. Por eso, a la hora de elegir, hay que tener muy presente qué efecto se busca conseguir con este material, y qué uso se le va a dar.